martes, 9 de agosto de 2011

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LLEGAR A FIN DE MES


¡No llego a fin de mes! Esta es una de las quejas más escuchadas en calles, bares y oficinas. El problema es que si antes de la crisis se oían estos comentarios en torno al día 25, hoy se profieren antes de que llegue el 15. El paro y el descenso de los ingresos familiares han hecho que los ciudadanos se aprieten el cinturón una y otra vez sin lograr llegar al día 30 sin pasar estrecheces. Aunque en ocasiones no quede una partida doméstica en la que ahorrar, eliminar una serie de hábitos adquiridos en tiempos mejores puede ayudar a que estas dificultades desaparezcan.

El primer paso para recortar gastos sería pensar en todos los actos que se hacen de forma cotidiana y detectar cuáles generan un desembolso que podría reducirse. Es aconsejable escribirlos en un borrador y después hacer una lista. En ella figurará el dinero que se llevan a diario estos hábitos y, junto con ellos, qué ahorro supondría dejar de hacerlos o sustituirlos por prácticas más baratas. La lista se puede colocar en un lugar visible, como el frigorífico, y es posible añadir cómo puede ayudar a llegar a fin de mes para, entre otras cosas, pagar la hipoteca sin pedir dinero prestado.

Otro modo de intentar gastar menos consiste en ahorrar cada día en una hucha transparente el dinero que no se gasta por haber modificado los hábitos. Si el ahorro deja de ser abstracto para estar presente, será más difícil desistir.

Comer fuera de casa puede suponer un desembolso de 200 euros por persona al mes
Mucha gente ya habrá aplicado la mayoría de los recortes, pero quizá haya olvidado alguno. ¿Cuáles son estos gestos sencillos que ayudan a ahorrar a las familias? A continuación se señalan algunos de los más relevantes.

1. El primero de ellos se da nada más empezar la jornada. Las prisas del día a día hacen que los trabajadores desayunen con rapidez y, en ocasiones, fuera de casa. Sin embargo, un café cuesta más de 1 euro -en torno a 1,20 o 1,30- y este gasto durante 20 días ascendería a unos 25 euros mensuales.
2. Lo más habitual es almorzar a media mañana en una cafetería que esté cerca del trabajo y consumir, además del café, otros alimentos como zumo, bollería o un bocadillo. El precio es de unos 2,50 euros, que a lo largo del mes sumarían 50 euros por cada persona de la unidad familiar.

Esta cantidad se reduciría mucho si el almuerzo se llevara desde casa. Aunque lo entretenido de la jornada laboral es compartir este tiempo con los compañeros y charlar en un bar o una cafetería, un cambio de hábitos, al menos de manera temporal, no vendría mal. Cuando el lugar de trabajo lo permita, y el resto de la plantilla lo desee, se puede comprar una cafetera eléctrica para no tener que gastar dinero en cafés.

3. Con los niños sucede lo mismo: es mejor que lleven el bocadillo preparado de casa que darles dinero para comprar un bollo fuera, tanto por su salud como por economizar. Es preferible mantenerles alejados de las máquinas dispensadoras de productos como patatas fritas, sándwiches o bebidas, si bien en muchos centros infantiles están prohibidas. Si a pesar de todo a los padres no les importa que los niños coman bollería industrial o aperitivos, es más barato adquirirlos en el supermercado.

4. Las tarteras son las grandes aliadas del ahorro para las comidas en el trabajo. El menú del día cuesta de media 10 euros, lo que a final de mes supone 200 euros por cada persona que pase la jornada fuera y no cuente con un comedor subvencionado. En cambio, si la comida se prepara en casa para todos los miembros de la familia y después se guarda en fiambreras, se gasta mucho menos.

En el supermercado

5. Antes de ir a comprar, es recomendable hacer una lista de las cosas necesarias e intentar no salirse de ella. Es muy tentador llevarse a casa dulces, bebidas o caprichos, pero al final desbaratan el presupuesto.
6. Aprovechar ofertas o cupones de descuento, sobre todo en productos duraderos, permite adquirir más alimentos con menos dinero.

7. Aunque parezca obvio, solo hay que comprar lo que se vaya a consumir. Según un estudio reciente, las familias españolas tiran kilos de comida a la basura cada año. Además de ser injusto hacia quienes no tienen acceso a los alimentos más básicos, supone un despilfarro.

Transporte diario

8. El transporte es otro de los gastos cotidianos que hacen más difícil llegar a fin de mes. En ocasiones se utiliza el automóvil para trayectos cortos que se realizarían en menos de 10 minutos a pie. Eliminar este uso, además de no dañar el medio ambiente, supondría bastante ahorro en gasolina.

9. También hay que calcular cuánto cuesta ir al trabajo en coche y qué ahorro generaría utilizar el transporte público. Si el vehículo privado lo utiliza solo una persona, el dinero invertido en combustible y aparcamiento se dispara, así que sería conveniente buscar una alternativa como el metro o el autobús.

10. Si la opción de usar medios colectivos no compensa -no siempre hacen los trayectos adaptados a las necesidades del usuario-, se puede compartir el vehículo con personas que hagan recorridos similares y tengan horarios parecidos. Si lo utilizan cuatro ocupantes, el ahorro será de un 75%.

11. Hay mucha gente que apenas usa el coche, sino que se ha acostumbrado al autobús, algo que de entrada ya supone un ahorro. Sin embargo, en las ciudades pequeñas el recorrido del transporte público se puede recorrer a pie. Con salir un poco antes de casa, es posible caminar el mismo trayecto y lograr beneficios no solo para el bolsillo, sino también para la salud. Si el autobús cuesta entre 50 céntimos y 1,50 euros -según la ciudad o el uso de abonos- y se coge dos veces al día durante 20 jornadas, el ahorro que proporciona caminar oscila entre 20 y 60 euros.

12. Si el usuario conoce los días concretos que utilizará el transporte público, puede gastar menos si programa el viaje. Hay quien vive fuera durante la semana y sabe que el lunes sale de casa y el viernes regresa. En este caso, puede aprovechar para adquirir el billete con tiempo, ya que en trenes interurbanos como el AVE el ahorro por comprar de forma anticipada puede llegar al 50%.

Ocio

13. Cada año, una serie de locales se ponen de moda y figuran como los más recomendados en guías y revistas de ocio. Están muy frecuentados, pero también tienen precios astronómicos. La diversión se convierte en estos casos en un lujo que no siempre se puede pagar, así que es posible acudir a otros establecimientos más baratos e igual de entretenidos.

14. Tampoco es necesario consumir en exceso al salir a una terraza o a un bar. Tomar menos consumiciones o aprovechar las fiestas o promociones de los locales ayuda a ajustar el presupuesto.

15. Esta diversión se puede sustituir por el ocio gratuito que brindan muchas localidades con exposiciones, conferencias o espectáculos al aire libre tanto para adultos como para niños.

Ahorro de energía

Otra de las partidas que dificultan que el sueldo llegue a final de mes es la correspondiente a las facturas de servicios como la electricidad o el gas. Con un consumo responsable y eficiente, además de beneficiar al medio ambiente se puede gastar menos sin perder comodidad en el hogar.

Si se comparte el coche, se gasta hasta un 75% menos en gasolina
16. Se debe evitar que las luces de las habitaciones permanezcan encendidas sin que haya nadie en ellas. Apagarlas supone economizar sin restar confort. Lo mismo sucede con otros electrodomésticos como el televisor, que al apagarlo sin utilizar el interruptor aún consume.

17. El aire acondicionado en verano -y en invierno la calefacción si es eléctrica- es uno de los responsables de que las facturas sean elevadas. Gestos tan sencillos como ajustar el termostato permiten mejorar el presupuesto doméstico.

18. Poner la lavadora o el lavavajillas solo cuando estén llenos y en programas económicos es otra de las recomendaciones de los expertos.

Gasto telefónico

El móvil se utiliza a menudo de manera excesiva. Algo que hace 15 años apenas existía, hoy se ha convertido en un instrumento imprescindible. Los mensajes se envían de forma continua y se hacen llamadas innecesarias.

19. Controlar estos hábitos puede dar un respiro a final de mes. Si solo se telefonea cuando es necesario y se restringe en la medida de lo posible el uso de los SMS, el ajuste logrado puede ser importante. Quizá solo con esperar unos minutos, quien tenga tarifa plana en la línea fija puede hacer la misma llamada gratis.

20. En el mismo sentido, hay que elegir la tarifa que se adapte a las necesidades de cada uno y no utilizar el móvil en horarios que sean muy caros.

21. Cambiar de compañía cuando esta no cumpla las expectativas del cliente también puede suponer un ahorro a medio y largo plazo. La oferta de telefonía ha aumentado en los últimos años y la competencia al captar clientes favorece al consumidor.

Tarjetas de crédito

Las tarjetas de crédito son responsables de muchos presupuestos incumplidos, pero si se siguen unas pautas se puede ahorrar más de lo que parece.

Dejar el tabaco permite ahorrar cerca de 100 euros
22. Hay que elegir las tarjetas que impliquen menos comisiones. Las de crédito son a menudo más caras que las de débito y comprar ahora y pagar a plazos lleva aparejado intereses, por lo que, en la medida de lo posible, hay que eliminarlas.

23. Se pueden reunificar todas las tarjetas en una y dar de baja las demás, e incluso, optar por una tarjeta prepago, que casi nunca tiene intereses ni comisiones y el usuario solo puede gastarse el dinero que ha cargado en ellas.

Tabaco

24. El último consejo de ahorro, pero uno de los que puede conllevar más beneficios tanto para la salud como para el bolsillo, es dejar el tabaco. Quienes fuman una cajetilla al día gastan en torno a 3 euros, lo que supone casi 100 euros al mes, una cantidad nada desdeñable cuando el día 30 hay que pagar la hipoteca, el alquiler, hacer la compra, abonar las facturas de los servicios básicos o afrontar un imprevisto.

Vía: consumer.es

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